Misa por la evangelización de los
Pueblos
Queridos hermanos y hermanas: hoy celebramos en
la Iglesia católica la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, con el lema
“Traigamos al mundo la Luz de Cristo”. En este Año de la Fe, deseamos
ardientemente que la Buena Noticia alcance a todos los
hombres y mujeres de la Tierra. Son los misioneros y misioneras quienes, llenos
de fe y movidos por la caridad, continúan
la misión salvadora de Cristo, haciendo presente el Evangelio en todas las
partes del universo.
Dispongámonos a escuchar, desde la fe, la Palabra
de Dios y a unirnos a Jesucristo, que se nos entrega por amor, para ser
enviados por la Iglesia como misioneros; porque, como dice el Papa, “hemos
recibido el don de la fe, no para tenerla escondida, sino para difundirla, para
que pueda iluminar el camino de muchos hermanos”.
Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, que has querido que tu
Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la
obra redentora de tu Hijo perdure hasta el fin de los tiempos, haz que tus fieles
caigan en la cuenta de que están llamados a trabajar por la salvación de los
demás, para que todos los pueblos de la tierra
formen una sola familia y surja una humanidad nueva en Cristo.
Primera lectura: Zacarías 8, 20-23
El profeta Zacarías, en el siglo VI antes de
Cristo, nos presenta un armónico conjunto de dos discursos en los que se
describe a todos los pueblos de la tierra
volcándose sobre Jerusalén. El profeta viene a decirnos que la salvación es
universal, para todos los pueblos. Escuchemos con atención.
Segunda lectura: Romanos 10, 9-18
El apóstol Pablo, en su carta a los romanos, nos
presenta la contraseña de la salvación: invocar a Jesús, creyendo con todo el
corazón en Él y en su palabra. Hoy se hace urgente escuchar la Palabra, pero
necesitamos alguien que la proclame. Prestemos mucha atención.
Tercera lectura: Marcos 16, 15-20
El texto evangélico que escucharemos hoy, según
san Marcos, pone de relieve la misión evangelizadora y liberadora de la Iglesia
y de los cristianos, así como los signos
de liberación que según Jesús deben acompañar la palabra. Nos ponemos de pie
para entonar el Aleluya.
Oración de los fieles
Por mediación de Jesucristo, el Siervo de Dios,
pidamos al Padre que nos auxilie a nosotros, sus siervos y a todas las personas
del mundo.
1.
Por nuestra Iglesia, para que fi el al deseo y mandato de
Jesús, no busque ni prestigio, ni honores,
ni poder, sino que ponga todo su empeño en servir a todas las personas y, en
especial, a los más desfavorecidos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.
Por todos los misioneros, para que su entrega diaria no caiga
en ti erra estéril,
sino que el Señor la haga fecunda; para que sientan el apoyo de nuestra oración
y el reconocimiento a su labor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.
Por todas las personas que están empeñadas en la labor
evangelizadora en tantos lugares de la ti erra, para que la celebración de este día del DOMUND, con
nuestro recuerdo, oración y solidaridad, sea un estímulo en su
entrega. Bendice, Señor, su labor y sus vidas. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.
Por todos los hombres y mujeres que sufren la marginación o la
injusticia de los poderosos,
para que también ellos encuentren caminos de liberación. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5.
Por todos cuantos nos hemos reunido en esta celebración, para
que seamos capaces de construir una comunidad parroquial que viva desde el
servicio y la fraternidad, abierta al mundo y a sus necesidades. ROGUEMOS AL
SEÑOR.
Oración sobre las ofrendas
Señor, así como aceptaste la gloriosa pasión
de tu Hijo, dígnate aceptar también por la salvación del mundo, los dones y
plegarias de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración después de la comunión
Te pedimos Señor, que la participación en tu mesa nos santifique y que la redención que tu
Hijo consumó en la cruz, sea recibida con gozo en todo el mundo por medio del
sacramento de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Despedida
Hemos compartido
con alegría esta celebración dominical. La expresión conclusiva “podéis ir en paz”
no es otra cosa que el envío misionero que recibimos todos nosotros, para que
sepamos comunicar lo que acabamos de vivir aquí. Nos lo recuerda el Papa en su
Mensaje: “La fe es un don que no se reserva sólo a unos pocos, sino que se
ofrece a todos generosamente. [...] Y es un don que no se puede conservar para
uno mismo, sino que debe ser compartido.
[...] ¡Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza donada por la fe!”
(Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2013, 1.4). Que nuestra
cooperación misionera no se reduzca a un mero recuerdo de los misioneros el día
del DOMUND, sino que nos sintamos unidos a todos ellos con nuestra oración de
cada día.
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