DESTACADO!

COMPARTE TU FE (Himno DOMUND 2013 )

COMPARTE TU FE
Himno Oficial DOMUND 2013
Letra: Padre Reynaldo Franco Velásquez
Arreglos: Eric Montenegro (Versión original)


Fuente: OMP ECUADOR

____________________________________________________________


Acordes: Básico/Adaptados
Área de Animación Misionera


La           RE                La
 _Comparte tu Fe, esta es tu Misión,                        
           si-             Sol
anuncia a Cristo con el corazón
            RE              La
Comparte tu Fe, testigo de Dios,
          si-                 Sol
ve por el mundo anunciando el Amor.


si-
 _Hoy es tiempo de Fe,
La                     si-
 _de compromiso y testimonio
                    Sol
hoy es tiempo de Misión.
si-
 _De una Iglesia fiel,
La
 _que anuncie al mundo
       si-                  Sol  Re
la esperanza y la reconciliación. _
Sol                 La
Ya no te guardes tu Fe,
          Sol                      La
grita con fuerza, valiente y sin miedo.


La Fe es un Don de Dios,
que nos da fuerza para anunciar
el mensaje salvador.
Tenemos que hablar,
de un Dios cercano que nos une
con su Espíritu de Amor.
Ya no te guardes tu Fe,
grita con fuerza, valiente y sin miedo.

            Re
Comparte tu Fe...
                    La
Es tu deber de bautizado.
            si- 
Comparte tu Fe...
                     La
Pues lo exige el Evangelio.

Comparte tu Fe...
Es tu labor de Misionero.
Comparte tu Fe...
Atrévete hoy es el tiempo.
Comparte tu Fe...
Ve al otro lado de la orilla.
Comparte tu Fe...
Por una Iglesia que está viva.
Comparte tu Fe...
Pues el Espíritu te anima.
Comparte tu Fe...
Como discípulo de Dios.

Re-Sol-Re La Re
Comparte  tu Fe.

Esquema de Oración basada en el MSG DOMUND 2013

ESQUEMA DE ORACIÓN
Cuando buscamos momentos en nuestra vida para comunicarnos con el Creador, nuestro espíritu se regocija de alegría y las gracias del Señor, se derraman al mundo. Por eso, acudamos a Dios en esta mañana, para que con la Luz de su Espíritu podamos conocer, reflexionar y animar nuestra participación en la Actividad Misionera de la Iglesia, alabando y bendiciendo juntos su nombre,  digamos: 
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


SÍMBOLO: VELA BLANCA

Dirige: La fe es un don precioso de Dios, el cual abre nuestra mente para que lo podamos conocer y amar. Él quiere relacionarse con nosotros para hacernos partícipes de su misma vida y hacer que la nuestra esté más llena de significado, que sea más buena, más bella. ¡Dios nos ama!.

Todos: Gracias Dios Padre, por darnos el don de la fe, que es una llama de fuego que nos mantiene vivos en la fidelidad a tu Palabra, que nos sostiene y nos alienta a compartir las gracias que tú, con tanto amor nos has regalado y has destinado para nosotros desde antes de la creación. Oh Dios!, has que todos podamos creer en tí y anunciarlo al mundo con las obras llenas de amor, donde todos podamos vivir en verdadera comunión, siendo una sola familia para gloria tuya.

Canto: La puerta de la Fe

SÍMBOLO: MUNDO MISIONERO

Dirige: El Papa en su mensaje nos dice que la misionariedad, no es sólo una cuestión de territorios geográficos, sino de pueblos, de culturas e individuos independientes, precisamente porque los “límites” de la fe no sólo atraviesan lugares y tradiciones humanas, sino el corazón de cada hombre y de cada mujer.

Todos: Dios nuestro que quieres que todos los hombres nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad, ayúdanos a ampliar los límites de la fe, con un compromiso firme que arda en nuestro corazón, como el deseo de San Francisco Javier, de llegar a los pueblos donde tu Palabra no es escuchada, donde tu amor no es sentido, donde la experiencia de vida plena en Jesús no tiene resonancia. Ayúdanos a continuar la tarea evangelizadora con alegría y entusiasmo, para que formemos una comunidad viva, haciendo visible a Cristo mediante el testimonio auténtico, influyendo y enriqueciendo, todos los aspectos de la vida cristiana de nuestros pueblos y de culturas.

Canto: Más allá de las fronteras (Cinco continentes con diversidad de lenguas,...)

SIMBOLO: SEDE VATICANA

Dirige: A menudo, la obra de la evangelización encuentra obstáculos no sólo fuera, sino dentro de la comunidad eclesial. A veces el fervor, la alegría, el coraje, la esperanza en anunciar a todos el mensaje de Cristo y ayudar a la gente de nuestro tiempo a encontrarlo son débiles... Es urgente hacer que resplandezca en nuestro tiempo la vida buena del Evangelio con el anuncio y el testimonio, y esto desde el interior mismo de la Iglesia.

Todos: Padre Nuestro, la Iglesia necesita de tí, necesita tu ayuda para ser signo visible de la salvación. Tú has querido que ella, como comunidad de fieles, sea el medio para recibir tus dones sacramentales, tus gracias espirituales y la guía de tu pueblo. La Iglesia por tu amor, nos hace misioneros y hace sentir en nosotros tú compañía al celebrar tu misterio Pascual torno a la mesa. Fortalece a la Iglesia con un nuevo pentecostés, animando nuevamente con tu Espíritu, que es Señor y dador de vida.

Canto: Iglesia Peregrina

SÍMBOLO: VELAS DE COLORES Y LA VIRGEN MARÍA

Dirige: El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fuerte que ilumine su camino y que sólo el encuentro con Cristo puede darle. ¡Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza donada por la fe! La naturaleza de la Iglesia no es proselitista, sino testimonio de vida que ilumina el camino, que atrae esperanza y amor.

Todos: Señor Jesús, queremos responder tu llamada con generosidad, que por medio del Espíritu Santo tu nos llamas por nuestro nombre, a ser discípulos tuyos sin temor, generosos y decididos a desgastar nuestra vida por el anuncio del Evangelio, haciendo nuestra vida una oración completa, como Santa Teresita del Niño Jesús, que vivía con amor las pequeñeces, los sacrificios y las actividades cotidianas, convirtiéndolas en alabanza para tí, siendo ofrecidas para que todo tu pueblo pueda profesar abiertamente su fe y sepa vivirla con dignidad. Ten presente a los misioneros dispersos por el mundo que trabajan permanentemente en que tu Palabra siga avanzando y sea glorificada, amén.

Canto: Jesús fuente de vida.

Dirige: Por medio de las palabras del Papa Pablo VI, digámosle al Señor:
Todos: Concédenos la gracia de la dulce y confortadora alegría de evangelizar, animando a tu pueblo y concientizándole en la tarea misionera, amén.

+ Gloria al Padre omnipotente, gloria al Hijo Redentor, gloria al Espíritu Santo, tres personas, sólo un Dios, Amén.

SAN FRANCISCO DE ASÍS

San Francisco de Asís
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el  Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación,
que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
 Oh, Maestro, haced que yo no busque
tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
 Porque es dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.


 Historia de su Vida

Dicen que a San Francisco lo declaró santo el pueblo, antes de que el Sumo Pontífice le concediera ese honor, y que si se hace una votación entre los cristianos (aún entre los protestantes) todos están de acuerdo en declarar que es un verdadero santo. Todos, aun los no católicos, lo quieren y lo estiman.

Panorama de AsísNació en Asís (Italia) en 1182. Su madre se llamaba Pica y fue sumamente estimada por él durante toda su vida. Su padre era Pedro Bernardone, un hombre muy admirador y amigo de Francia, por la cual le puso el nombre de Francisco, que significa: "el pequeño francesito". Cuando joven a Francisco lo que le agradaba era asistir a fiestas, paseos y reuniones con mucha música. Su padre tenía uno de los mejores almacenes de ropa en la ciudad, y al muchacho le sobraba el dinero. Los negocios y el estudio no le llamaban la atención. Pero tenía la cualidad de no negar un favor o una ayuda a un pobre siempre que pudiera hacerlo. Tenía veinte años cuando hubo una guerra entre Asís y la ciudad de Perugia. Francisco salió a combatir por su ciudad, y cayó prisionero de los enemigos. La prisión duró un año, tiempo que él aprovechó para meditar y pensar seriamente en la vida. Al salir de la prisión se incorporó otra vez en el ejército de su ciudad, y se fue a combatir a los enemigos. Se compró una armadura sumamente elegante y el mejor caballo que encontró. Pero por el camino se le presentó un pobre militar que no tenía con qué comprar armadura ni caballería, y Francisco, conmovido, le regaló todo su lujoso equipo militar. Esa noche en sueños sintió que le presentaban en cambio de lo que él había obsequiado, unas armaduras mejores para enfrentarse a los enemigos del espíritu.

Estatua de San FranciscoFrancisco no llegó al campo de batalla porque se enfermó y en plena enfermedad oyó que una voz del cielo le decía: "¿Por qué dedicarse a servir a los jornaleros, en vez de consagrarse a servir al Jefe Supremo de todos?". Entonces se volvió a su ciudad, pero ya no a divertirse y parrandear sino a meditar en serio acerca de su futuro. La gente al verlo tan silencioso y meditabundo comentaba que Francisco probablemente estaba enamorado. Él comentaba: "Sí, estoy enamorado y es de la novia más fiel y más pura y santificadora que existe". Los demás no sabían de quién se trataba, pero él sí sabía muy bien que se estaba enamorando de la pobreza, o sea de una manera de vivir que fuera lo más parecida posible al modo totalmente pobre como vivió Jesús. Y se fue convenciendo de que debía vender todos sus bienes y darlos a los pobres. Paseando un día por el campo encontró a un leproso lleno de llagas y sintió un gran asco hacia él. Pero sintió también una inspiración divina que le decía que si no obramos contra nuestros instintos nunca seremos santos. Entonces se acercó al leproso, y venciendo la espantosa repugnancia que sentía, le besó las llagas. Desde que hizo ese acto heroico logró conseguir de Dios una gran fuerza para dominar sus instintos y poder sacrificarse siempre a favor de los demás. Desde aquel día empezó a visitar a los enfermos en los hospitales y a los pobres. Y les regalaba cuanto llevaba consigo.

Un día, rezando ante un crucifijo en la iglesia de San Damián, le pareció oír que Cristo le decía tres veces: "Francisco, tienes que reparar mi casa, porque está en ruinas". Él creyó que Jesús le mandaba arreglar las paredes de la iglesia de San Damián, que estaban muy deterioradas, y se fue a su casa y vendió su caballo y una buena cantidad de telas del almacén de su padre y le trajo dinero al Padre Capellán de San Damián, pidiéndole que lo dejara quedarse allí ayudándole a reparar esa construcción que estaba en ruinas. El sacerdote le dijo que le aceptaba el quedarse allí, pero que el dinero no se lo aceptaba (le tenía temor a la dura reacción que iba a tener su padre, Pedro Bernardone) Francisco dejó el dinero en una ventana, y al saber que su padre enfurecido venía a castigarlo, se escondió prudentemente. Pedro Bernardone demandó a su hijo Francisco ante el obispo declarando que lo desheredaba y que tenía que devolverle el dinero conseguido con las telas que había vendido. El prelado devolvió el dinero al airado papá, y Francisco, despojándose de su camisa, de su saco y de su manto, los entregó a su padre diciéndole: "Hasta ahora he sido el hijo de Pedro Bernardone. De hoy en adelante podré decir: Padrenuestro que estás en los cielos". El Sr. Obispo le regaló el vestido de uno de sus trabajadores del campo: una sencilla túnica, de tela ordinaria, amarrada en la cintura con un cordón. Francisco trazó una cruz con tiza, sobre su nueva túnica, y con ésta vestirá y pasará el resto de su vida. Ese será el hábito de sus religiosos después: el vestido de un campesino pobre, de un sencillo obrero.

Se fue por los campos orando y cantando. Unos guerrilleros lo encontraron y le dijeron: "¿Usted quién es? – Él respondió: - Yo soy el heraldo o mensajero del gran Rey". Los otros no entendieron qué les quería decir con esto y en cambio de su respuesta le dieron una paliza. Él siguió lo mismo de contento, cantando y rezando a Dios. Después volvió a Asís a dedicarse a levantar y reconstruir la iglesita de San Damián. Y para ello empezó a recorrer las calles pidiendo limosna. La gente que antes lo había visto rico y elegante y ahora lo encontraba pidiendo limosna y vestido tan pobremente, se burlaba de él. Pero consiguió con qué reconstruir el pequeño templo. La Porciúncula. Este nombre es queridísimo para los franciscanos de todo el mundo, porque en la capilla llamada así fue donde Fracisco empezó su comunidad. Porciúncula significa "pequeño terreno". Era una finquita chiquita con una capillita en ruinas. Estaba a 4 kilómetros de Asís. Los padres Benedictinos le dieron permiso de irse a vivir allá, y a nuestro santo le agradaba el sitio por lo pacífico y solitario y porque la capilla estaba dedicada a la Sma. Virgen.

En la misa de la fiesta del apóstol San Matías, el cielo le mostró lo que esperaba de él. Y fue por medio del evangelio de ese día, que es el programa que Cristo dio a sus apóstoles cuando los envió a predicar. Dice así: "Vayan a proclamar que el Reino de los cielos está cerca. No lleven dinero ni sandalias, ni doble vestido para cambiarse. Gratis han recibido, den también gratuitamente". Francisco tomó esto a la letra y se propuso dedicarse al apostolado, pero en medio de la pobreza más estricta. Cuenta San Buenaventura que se encontró con el santo un hombre a quien un cáncer le había desfigurado horriblemente la cara. El otro intentó arrodillarse a sus pies, pero Francisco se lo impidió y le dio un beso en la cara, y el enfermo quedó instantáneamente curado. Y la gente decía: "No se sabe qué admirar más, si el beso o el milagro".

El primero que se le unió en su vida de apostolado fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís, el cual invitaba con frecuencia a Francisco a su casa y por la noche se hacía el dormido y veía que el santo se levantaba y empleaba muchas horas dedicado a la oración repitiendo: "mi Dios y mi todo". Le pidió que lo admitiera como su discípulo, vendió todos sus bienes y los dio a los pobres y se fue a acompañarlo a la Porciúncula. El segundo compañero fue Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís. El tercero, fue Fray Gil, célebre por su sencillez. Cuando ya Francisco tenía 12 compañeros se fueron a Roma a pedirle al Papa que aprobara su comunidad. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba. En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el evangelio". Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula. Dicen que Inocencio III vio en sueños que la Iglesia de Roma estaba a punto de derrumbarse y que aparecían dos hombres a ponerle el hombro e impedir que se derrumbara. El uno era San Francisco, fundador de los franciscanos, y el otro, Santo Domingo, fundador de los dominicos. Desde entonces el Papa se propuso aprobar estas comunidades.

A Francisco lo atacaban a veces terribles tentaciones impuras. Para vencer las pasiones de su cuerpo, tuvo alguna vez que revolcarse entre espinas. Él podía repetir lo del santo antiguo: "trato duramente a mi cuerpo, porque él trata muy duramente a mi alma".
Clara, una joven muy santa de Asís, se entusiasmó por esa vida de pobreza, oración y santa alegría que llevaban los seguidores de Francisco, y abandonando su familia huyó a hacerse moja según su sabia dirección. Con santa Clara fundó él las hermanas clarisas, que tienen hoy conventos en todo el mundo.

Francisco tenía la rara cualidad de hacerse querer de los animales. Las golondrinas le seguían en bandadas y formaban una cruz, por encima de donde él predicaba. Cuando estaba solo en el monte una mirla venía a despertarlo con su canto cuando era la hora de la oración de la medianoche. Pero si el santo estaba enfermo, el animalillo no lo despertaba. Un conejito lo siguió por algún tiempo, con gran cariño. Dicen que un lobo feroz le obedeció cuando el santo le pidió que dejara de atacar a la gente.

Francisco se retiró por 40 días al Monte Alvernia a meditar, y tanto pensó en las heridas de Cristo, que a él también se le formaron las mismas heridas en las manos, en los pies y en el costado. Los seguidores de San Francisco llegaron a ser tan numerosos, que en el año 1219, en una reunión general llamado "El Capítulo de las esteras", se reunieron en Asís más de cinco mil franciscanos. Al santo le emocionaba mucho ver que en todas partes aparecían vocaciones y que de las más diversas regiones le pedían que les enviara sus discípulos tan fervorosos a que predicaran. Él les insistía en que amaran muchísimo a Jesucristo y a la Santa Iglesia Católica, y que vivieran con el mayor desprendimiento posible hacia los bienes materiales, y no se cansaba de recomendarles que cumplieran lo más exactamente posible todo lo que manda el santo evangelio.

Francisco recorría campos y pueblos invitando a la gente a amar más a Jesucristo, y repetía siempre: "El Amor no es amado". Las gentes le escuchaban con especial cariño y se admiraban de lo mucho que sus palabras influían en los corazones para entusiasmarlos por Cristo y su religión.

Dispuso ir a Egipto a evangelizar al sultán y a los mahometanos. Pero ni el jefe musulmán ni sus fanáticos seguidores quisieron aceptar sus mensajes. Entonces se fue a Tierra Santa a visitar en devota peregrinación los Santos Lugares donde Jesús nació, vivió y murió: Belén, Nazaret, Jerusalén, etc. En recuerdo de esta piadosa visita suya los franciscanos están encargados desde hace siglos de custodiar los Santos Lugares de Tierra Santa. Por no cuidarse bien de las clientísimas arenas del desierto de Egipto se enfermó de los ojos y cuando murió estaba casi completamente ciego. Un sufrimiento más que el Señor le permitía para que ganara más premios para el cielo.

San Francisco, que era un verdadero poeta y le encantaba recorrer los campos cantando bellas canciones, compuso un himno a las criaturas, en el cual alaba a Dios por el sol, y la luna, la tierra y las estrellas, el fuego y el viento, el agua y la vegetación. "Alabado sea mi Señor por el hermano sol y la madre tierra, y por los que saben perdonar", etc. Le agradaba mucho cantarlo y hacerlo aprender a los demás y poco antes de morir hizo que sus amigos lo cantaran en su presencia. Su saludo era "Paz y bien".

Cuando sólo tenía 44 años sintió que le llegaba la hora de partir a la eternidad. Dejaba fundada la comunidad de Franciscanos, y la de hermanas Clarisas. Con esto contribuyó enormemente a enfervorizar la Iglesia Católica y a extender la religión de Cristo por todos los países del mundo. Los seguidores de San Francisco (franciscanos, capuchinos, clarisas, etc.) son el grupo religioso más numeroso que existe en la Iglesia Católica. El 3 de octubre de 1226, acostado en el duro suelo, cubierto con un hábito que le habían prestado de limosna, y pidiendo a sus seguidores que se amen siempre como Cristo los ha amado, murió como había vivido: lleno de alegría, de paz y de amor a Dios.

Cuando apenas habían transcurrido dos años después de su muerte, el Sumo Pontífice lo declaró santo y en todos los países de la tierra se venera y se admira a este hombre sencillo y bueno que pasó por el mundo enseñando a amar la naturaleza y a vivir desprendido de los bienes materiales y enamorados de nuestra buen Dios. Fue él quien popularizó la costumbre de hacer pesebres para Navidad.

---------------------------------------

Cántico de la Criaturas de San Francisco de Asís
San Francisco de Asís

Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.

Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial loado por el hermano sol, que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor, y lleva por los cielos noticia de su autor.

Y por la hermana luna, de blanca luz menor, y las estrellas claras, que tu poder creé, tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son, y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana agua, preciosa en su candor, que es útil, casta, humilde: ¡loado, mi Señor! Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol, y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado, mi Señor!

Y por la hermana tierra, que es toda bendición, la hermana madre tierra, que da en toda ocasión las hierbas y los frutos y flores de color, y nos sustenta y rige: ¡loado, mi Señor!

Y por los que perdonan y aguantan por tu amor los males corporales y la tribulación: ¡felices los que sufren en paz con el dolor, porque les llega el tiempo de la consolación!

Y por la hermana muerte: ¡loado, mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador! ¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!

¡No probarán la muerte de la condenación! Servidle con ternura y humilde corazón. Agradeced sus dones, cantad su creación. Las criaturas todas, load a mi Señor. Amén.


Conocer más: http://www.corazones.org

LITURGIA DEL DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES

Misa por la evangelización de los Pueblos

Monición de entrada
Queridos hermanos y hermanas: hoy celebramos en la Iglesia católica la Jornada Mundial de las Misiones, el DOMUND, con el lema “Traigamos al mundo la Luz de Cristo”. En este Año de la Fe, deseamos ardientemente que la Buena Noticia alcance a todos los hombres y mujeres de la Tierra. Son los misioneros y misioneras quienes, llenos de fe y movidos por la caridad, continúan la misión salvadora de Cristo, haciendo presente el Evangelio en todas las partes del universo.

Dispongámonos a escuchar, desde la fe, la Palabra de Dios y a unirnos a Jesucristo, que se nos entrega por amor, para ser enviados por la Iglesia como misioneros; porque, como dice el Papa, “hemos recibido el don de la fe, no para tenerla escondida, sino para difundirla, para que pueda iluminar el camino de muchos hermanos”.

Oración Colecta
Señor y Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de tu Hijo perdure hasta el fin de los tiempos, haz que tus fieles caigan en la cuenta de que están llamados a trabajar por la salvación de los demás, para que todos los pueblos de la tierra formen una sola familia y surja una humanidad nueva en Cristo.

Primera lectura: Zacarías 8, 20-23
El profeta Zacarías, en el siglo VI antes de Cristo, nos presenta un armónico conjunto de dos discursos en los que se describe a todos los pueblos de la tierra volcándose sobre Jerusalén. El profeta viene a decirnos que la salvación es universal, para todos los pueblos. Escuchemos con atención.

Segunda lectura: Romanos 10, 9-18
El apóstol Pablo, en su carta a los romanos, nos presenta la contraseña de la salvación: invocar a Jesús, creyendo con todo el corazón en Él y en su palabra. Hoy se hace urgente escuchar la Palabra, pero necesitamos alguien que la proclame. Prestemos mucha atención.

Tercera lectura: Marcos 16, 15-20
El texto evangélico que escucharemos hoy, según san Marcos, pone de relieve la misión evangelizadora y liberadora de la Iglesia y de los cristianos, así como los signos de liberación que según Jesús deben acompañar la palabra. Nos ponemos de pie para entonar el Aleluya.

Oración de los fieles
Por mediación de Jesucristo, el Siervo de Dios, pidamos al Padre que nos auxilie a nosotros, sus siervos y a todas las personas del mundo.
1.      Por nuestra Iglesia, para que fi el al deseo y mandato de Jesús, no busque ni prestigio, ni honores, ni poder, sino que ponga todo su empeño en servir a todas las personas y, en especial, a los más desfavorecidos. ROGUEMOS AL SEÑOR.
2.      Por todos los misioneros, para que su entrega diaria no caiga en ti erra estéril, sino que el Señor la haga fecunda; para que sientan el apoyo de nuestra oración y el reconocimiento a su labor. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3.      Por todas las personas que están empeñadas en la labor evangelizadora en tantos lugares de la ti erra, para que la celebración de este día del DOMUND, con nuestro recuerdo, oración y solidaridad, sea un estímulo en su entrega. Bendice, Señor, su labor y sus vidas. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4.      Por todos los hombres y mujeres que sufren la marginación o la injusticia de los poderosos, para que también ellos encuentren caminos de liberación. ROGUEMOS AL SEÑOR.
5.      Por todos cuantos nos hemos reunido en esta celebración, para que seamos capaces de construir una comunidad parroquial que viva desde el servicio y la fraternidad, abierta al mundo y a sus necesidades. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Oración sobre las ofrendas
Señor, así como aceptaste la gloriosa pasión de tu Hijo, dígnate aceptar también por la salvación del mundo, los dones y plegarias de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Oración después de la comunión
Te pedimos Señor, que la participación en tu mesa nos santifique y que la redención que tu Hijo consumó en la cruz, sea recibida con gozo en todo el mundo por medio del sacramento de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Despedida

Hemos compartido con alegría esta celebración dominical. La expresión conclusiva “podéis ir en paz” no es otra cosa que el envío misionero que recibimos todos nosotros, para que sepamos comunicar lo que acabamos de vivir aquí. Nos lo recuerda el Papa en su Mensaje: “La fe es un don que no se reserva sólo a unos pocos, sino que se ofrece a todos generosamente. [...] Y es un don que no se puede conservar para uno mismo, sino que debe ser compartido. [...] ¡Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza donada por la fe!” (Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2013, 1.4). Que nuestra cooperación misionera no se reduzca a un mero recuerdo de los misioneros el día del DOMUND, sino que nos sintamos unidos a todos ellos con nuestra oración de cada día.

DOMUND, ¡Fiesta de la catolicidad y de solidaridad universal!

«Celebraremos la Jornada Mundial de las Misiones, como gran fiesta de la catolicidad y de la solidaridad universal. La colecta de ese día se destina al fondo universal para las misiones más necesitadas. Pero no solo en esa fecha, sino durante todo octubre, llamado “Mes de las Misiones” se intensifica mundialmente la animación misionera a fin de revitalizar el Espíritu Misionero en los fieles con gestos de solidaridad para que el Evangelio se pueda proclamar a todos los hombres».  El P. Timothy Lehane Barrett, SVD, Secretario General de la Obra Misionera Pontificia de la Propagación de la Fe
HISTORIA
Cuando el Cardenal-arzobispo de Milán, Aquiles Ratti, es elegido Papa en 1922, con el nombre de Pío XI, ya se lo conocía como un gran promotor de las misiones. En su diócesis había instituido un activo secretariado diocesano de Misiones haciendo conocer en toda su diócesis la Obra de la Propagación de la Fe. También había establecido una jornada anual, que debía celebrarse en todas las Parroquias e instituciones religiosas de la diócesis. A las pocas semanas de su elección como Papa (3 de mayo de 1922), promulga como Pontificia a la Obra de la Propagación de la Fe, junto con la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol, declarándolas instrumento principal y oficial de la cooperación misionera de toda la Iglesia católica.
En febrero de 1926, publica la célebre encíclica Rerum Ecclesiae, en la que reafirma la importancia y urgencia de los objetivos misioneros programados al principio de su Pontificado y manifiesta su resolución inquebrantable de acortar las etapas para su realización. “La Iglesia -afirma en esta encíclica- no tiene otra razón de ser sino la de hacer partícipes a todos los hombres de la redención salvadora, dilatando por todo el mundo el reino de Cristo”. Y es, precisamente en este año, cuando va a tener lugar otro hecho significativo: La institución de la jornada misionera de octubre. Las OMP desde su promulgación como Pontificias en 1922, se habían ido desarrollando, bajo el impulso de sus consejos generales y de sus direcciones nacionales y diocesanas, en muchos países.
Así, en este clima tan favorable, surge en el Consejo General de la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe (algunos creen que por determinación del mismo Pontífice) la iniciativa de celebrar una Jornada Mundial de las Misiones, que ayudara a recordar a todo el Pueblo de Dios, su corresponsabilidad en la misión universal de la Iglesia.
Se proponían 5 objetivos:
1)    Promover la oración por las misiones.
2)    Dar a conocer la situación de la misión en todo el mundo.
3)    Favorecer la animación misionera de los sacerdotes y el entero Pueblo de Dios.
4)    Dar a conocer la Obra de la Propagación de la Fe
5)    Promover la cooperación económica como ayuda concreta a las misiones.
El Domingo Mundial de las Misiones en la Iglesia
El Papa Pablo VI definía la Jornada Mundial de las Misiones como «un acontecimiento de gran relieve en la vida de la Iglesia”; una “genial intuición de Pío XI”; una “ocasión para hacer sentir su vocación misionera a la Iglesia, a nuestros hermanos en el episcopado, al clero, a los religiosos y religiosas y a todos los católicos”; una “poderosa e insustituible ayuda para las Misiones”; un “ acrecentamiento de la fe tanto en las Iglesias de antigua cristiandad, como en las jóvenes Iglesias”.
En el mensaje que en 1972 dirigió Pablo VI al Cardenal Renard, arzobispo de Lyon, con motivo del Congreso Internacional de las OMP, refiriéndose a la Colecta Mundial de las Misiones, decía: “ Estas jornadas seriamente preparadas permiten a los cristianos una mirada nueva sobre las Misiones... Examinar la evangelización local y evangelización lejana en una misma pastoral misionera, cuya única fuente es Cristo”.  Hasta la actualidad todos los Romanos Pontífices también han elaborado sus mensajes y discursos de cada año, para la Jornada Mundial de las Misiones, recordando esta fecha tan importante para la Iglesia (Ver pag. 5 de esta revista) además de recordar que las Obras Misionales son el instrumento de la Iglesia que ayuda a canalizar  la cooperación misionera que se le pide a cada comunidad. 
El Papa Francisco también ha recordado que: «Nosotros estamos llamados a abrirnos cada vez más a la acción del Espíritu Santo, a ofrecer toda nuestra disponibilidad para ser instrumentos de la misericordia de Dios, de su ternura y de su amor por cada hombre y mujer, sobre todo por los pobres, los excluidos, los que están lejos. Y esta para cada uno de los cristianos, para toda la Iglesia, no es una misión facultativa, sino esencial. Como decía San Pablo: «Anunciar el Evangelio no es para gloriarme, sino un deber ¡ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1 Cor 9,16). La salvación de Dios es para todos! » en su discurso a los directores de OMP en Roma este año.
La Colecta Mundial de las Misiones nace con algunos elementos que la caracterizan:
•    La universalidad de la misión.
•    La corresponsabilidad misionera de todo el Pueblo de Dios.
•    La cooperación espiritual y material a las misiones.
•    Su estrecha vinculación con la Pontificia Obra de la Propagación de la Fe
•    La cooperación con las misiones no es cosa de un día
Hace algunos años la cooperación espiritual y material con las misiones parecía que era solamente para el mes de octubre o para el Domingo Mundial de las Misiones. Ahora sabemos que cuando hablamos de cooperación con las misiones, nos referimos a la responsabilidad misionera de todo el Pueblo de Dios, Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, cada uno según su vocación (AD 28, LG 17, PO 2) y esto no puede ser cosa de una vez al año. 
Es importante tomar conciencia que hoy, cuando el documento de Aparecida nos habla de construir una «parroquia misionera», no solamente celebremos de la mejor manera posible el Domingo Mundial de las Misiones una vez al año, sino que nos esmeremos en profundizar en que la animación, formación y cooperación misionera, sean parte «vital» en el plan anual de pastoral misionera de nuestras parroquias.

El Octubre Misionero

“La Obra Pontificia de Propagación de la Fe despliega su actividad a lo largo de todo el año, pero con mayor intensidad durante el mes de octubre. Este debe ser considerado en todos los países como el Mes de las Misiones, del que el penúltimo domingo, denominado Jornada Mundial de las Misiones, es su momento culminante” (Estatuto de las Obras Misionales Pontificias, art. 7).
En  octubre la Iglesia Católica celebra las Misiones, puesto que fue en este mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia de la Evangelización. Este debe ser considerado en todos los países como el mes de la misión universal.  Durante este mes, se intensifica la animación misionera, uniéndonos todos en oración, sacrificio, dando aportes económicos y concientizándonos de la necesidad de más vocaciones misionero, a fin de que el evangelio se proclame a todos los hombres. 
El penúltimo domingo de Octubre, proclamado Jornada Mundial de las Misiones  o también conocido como el Domingo Mundial de las Misiones; (DOMUND) constituye el punto culminante de este mes. Este próximo 20 de octubre de 2013,  en todas las Iglesias locales, se celebrará como fiesta de la catolicidad y de solidaridad universal. 
SEMANA A SEMANA CELEBREMOS EL OCTUBRE MISIONERO
Para unirnos de mejor manera a esta celebración, se propone que cada semana la dediquemos a una tarea misionera específica, y que día a día  nos ayudan a ser misioneros desde nuestra propia vida en el lugar donde nos encontremos; al mismo tiempo estas tareas  buscamos nos ayuden a vivir como una gran Iglesia donde todos nos esforzamos por ser verdaderos discípulos y misioneros de Cristo.  
Proponemos que lo vivamos de la siguiente manera:
  1.ª Semana: ORACIÓN  (Oremos por las Misiones)
En esta semana debemos promover entre los miembros de la Iglesia, orar constantemente para dar gracias a Dios por el don de la fe, así como para pedir al dueño de la mies que envíe operarios a su mies,  y que el anuncio de la Buena Noticia llegue a todos los pueblos. 
Conviene llevar estas intenciones tanto a la oración personal como a la comunitaria, comenzando por la participación en la Eucaristía, y sin olvidar el rezo del Rosario Misionero, las vigilias de oración, hora santa misioneras y otras posibles celebraciones litúrgicas de carácter misionero que podamos preparar. 
«La oración que se eleva a Dios desde toda la Iglesia es un eficaz medio para que la Palabra de Dios se propague y sea glorificada. Ella es, por sí misma, animación misionera. Esta oración tendrá su expresión concreta y simple en el rezo del Santo Rosario»  (Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.)
   2.ª Semana: SACRIFICIO  (Ofrezcamos un sacrificio a Dios por las Misiones)
Valorar la dimensión redentora y salvífica del sacrificio y del sufrimiento es el principal objetivo de esta semana. Así, se nos mueve a unir a la cruz de Cristo y ofrecer por la evangelización del mundo nuestras obras de penitencia y la aceptación de nuestros dolores.  En este camino también se nos invita a contemplar la vida de Jesús, a conocer y valorar la vida de sacrificio y entrega de los misioneros, y a amar y cuidar a los enfermos,  acompañándoles y ayudándoles a ver su enfermedad como una oportunidad de unirse a los dolores de Cristo en la Cruz y ofrécelos por la evangelización del mundo entero.  
«El punto central del anuncio sigue siendo el mismo: el Kerigma de Cristo muerto y resucitado para la salvación del mundo, el Kerigma del amor de Dios, absoluto y total para cada hombre y para cada mujer, que culmina en el envío del Hijo eterno y unigénito, el Señor Jesús, quien no rehusó compartir la pobreza de nuestra naturaleza humana, amándola y rescatándola del pecado y de la muerte mediante el ofrecimiento de sí mismo en la cruz.» (Papa Benedicto XVI)
 3.ª Semana: COOPERACION MISIONERA (Colaboremos con las misiones) 
Esta semana se orienta a implicarnos en la cooperación económica con las misiones. Para ello es preciso informarnos sobre las necesidades en medio de las cuales viven y desarrollan su labor los misioneros, y sentir como nuestras esas urgencias, entregando en beneficio de las misiones una desprendida aportación económica.  Se nos anima a compartir los bienes con quienes carecen de ellos, a la vez que se nos estimula a compartir la vida como voluntarios en tareas y acciones que ayuden a los más necesitados. 
«“a pesar de nuestras dificultades económicas”, debemos dar generosamente en esta Jornada Misionera, y así podremos, como una familia en misión, continuar a alcanzar, a través de “la oración, la meditación de la Palabra de Dios, y el estudio de las verdades de la fe” una conciencia real del amor incondicional de Dios por todos nosotros, como hermanos y hermanas». P. Timothy Lehane Barrett svd, Secretario General de la Obra Pontificia para la Propagación de la Fe.
4.ª Semana: VOCACIÓN MISIONERA (Oremos por mas vocaciones misioneras)
El objetivo de esta semana es suscitar entre todos nosotros la apertura para escuchar la voz de Dios, que llama y envía a la misión. Para ello se recomienda participar en actividades de formación misionera, celebrar algún encuentro con misioneros, estar atentos y disponibles a la llamada de Dios, y mantener vivo el interés por las necesidades de la Iglesia a la hora de llevar al mundo el mensaje de Salvación. La animación misionera nos ayuda a comprometernos a ser instrumentos de unidad y de amor y a estar receptivos a la posible vocación misionera. 
«Hago un llamamiento a todos aquellos que sienten la llamada a responder con generosidad a la voz del Espíritu Santo, según su estado de vida, y a no tener miedo de ser generosos con el Señor. Invito también a los obispos, las familias religiosas, las comunidades y todas las agregaciones cristianas a sostener, con visión de futuro y discernimiento atento, la llamada misionera ad gentes y a ayudar a las iglesias que necesitan sacerdotes, religiosos y religiosas y laicos para fortalecer la comunidad cristiana». (Papa Francisco)